¿Te has preguntado de qué estamos hechos nosotros los hombres? En la cultura maya, en el gran libro sagrado del Popol Vuh, nos relata que con el maíz fuimos formados, pues nuestro cuerpo y huesos están hechos de masa de maíz y como agradecimiento a este gesto, el hombre aprendió a labrar la tierra y darle vida con la siembra del maíz.
Tras la historia del origen de la vida, los campesinos de las familias mayas agradecen hoy en día a Kili’ich Ixi’im (Dios del maíz), ofrendándole atole y chakbil naal (elote sancochado) en la primera cosecha de la temporada en el ritual del Jaanlil kool (Ofrenda de la milpa), en donde el Dios del maíz toma la gracia de la comida y bendice con una cosecha fructífera.
Debido a su resistencia a las variaciones del clima, el maíz ha permanecido de generación en generación en las comunidades mayas, por lo que actualmente se le considera como un alimento leal, debido a su cercanía a la vida indígena.
Es muy importante seguir cosechando el maíz, pues cuentan nuestros ancestros que, así como el agua, cuando el maíz se acabe, todos pereceremos.
Por Nicolás Chan Chuc, CentroGeo Yucatán.
Nico es de una comunidad llamada Popolá, ubicada en el oriente de Yucatán. Él es lingüista, nos apoya traduciendo del maya al español cuando hacemos entrevistas y/o talleres para los proyectos sobre la milpa maya del área de Sistemas Socioecológicos. Su papá es milpero y a veces le ayuda en la cosecha. Nico nos comparte este texto de su autoría sobre lo que significa el maíz en la zona rural de Yucatán.